martes, 11 de diciembre de 2012

Vueltas en el helicoide escalonado


Vueltas en el helicoide escalonado

 

Cuál mi explicación

Esto me lacera de tempranía.

César Vallejo

 

 

 

Si fuera la caída toda justificación

Qué más faltaría

 

Si la explicación fuera cuál

Qué se diría

 

Si fuera la ausencia causa

Qué comentario habría

 

Si error y culpa sustanciaran

Qué se agregaría

 

El misterioso pinta, tiñe o nubla

Su matiz aire y mediano hace herida

 

Su sombra quiebra tardanza, explicación, tempranía


 

viernes, 16 de noviembre de 2012


Estoy, hoy, y me quiere acallar qué reverbero

Hoy estoy, voy a insistir, y me anclo o anido en la somnolencia de unas velas

cuyas lumbres me deparan menos que límites,
irradiantes descripciones y no menos ahítas imágenes
por escribir en la oscuridad misma,
en el saber trabajosamente adquirido de la escritura al tacto.
Y en ese tocar me afirmo, sobre ritmos maltorcidos y cuántos males derivados
extinguidos por ventura en este hoy ínfimo o alto
cuando salen las letras palpables del ciego fondo, sin lucecitas vesperales o ilusorias.

Nada me cuesta continuar. O sea, por más interdictos que disparen,
está la luz en plena luna nueva, está en los oscuros intersticios,
se vierte siempre buena.
Vale su solo estar.

Por eso mismo contesto contra el aviso de que por corte finado o mentido, se impida la respuesta.

Luz es luz, y aun aminorada, turbia o entredicha, luz es luz y siempre acude, encandilante de temblor. 
Vale por valor sumo entreverada en maravilla o desencanto. Luz más luz brillando suma sobre el fondo asqueroso de tinieblas podridas.

Qué cautivo interdicto u omisión habría de soslayarla. Luz es luz en una arenisca turbia donde el artista esperó misericordia, que, contra toda previsión de falsos y serpentosos,  le llegó, apurando tardanza. Le llegó, alta y victoriosa.
 
Y por tanto, luz es luz aun por velas soportada
aun si avisan que cortajeada onda alzaría sombra sucia.

Invencible luz. Vale y vale solo por nomás. Corte de luz o similares no nos escatiman, para  lo que importa. Porque la tentativa de  fumigadas vías y expectantes auroras, nos ha sido deparada como bienaventuranza a los que nos atrevimos a trepar, terrosos y secos pero plenos, para oír la voz despeñándose en firme ladera de alta sierra, múltiple montaña.

 

martes, 30 de octubre de 2012

Ondeante se renueva


hay que verla como se contemplan las estrellas, el mar o un paisaje
sin admonición o tiento
 
En la amarillada de los campos delegados

En el azul negro y avasallante de los cielos sin recua

En la oscura presencia de olas amartilladas

En verde seco de llanura domada

Así, así, habrá de verse

Contemplativamente 

Para que no brillanteen chillonas las hojas asesinas

Ni se amengüeen por terror las alturas vigiladas

Se despojen de altura y cresta aguas de sal

O se aplaquen estertores de hueso brillador


No así, habrán de verse,

no se ven, y se retoban

Salvo cuando estela segadora aplasta con ilusión de astilla

blanda tierra de arados cruzada

campos cruzados de arar,

mentidas lamparitas enristradas en cinta de engañoso fulgor

agua insulsa estirándose entre pobre resaca

robada al poco terrón repudiado

Cegueras inducidas serán para torpe insulto
 
Por estallarse siempre en altura y coraje
luminada por cegadora  luz perenne

aun si en escasez capturada.

jueves, 25 de octubre de 2012

Heridas


Arrugas hondas, sin afeite,

escriben epigramas en el cuerpo

como cuchillo o dentellada

y honduras más bien insondables

yacen en carne viva para agregar

a los epigramas otro género

mayor y simultáneo como doble heridora

permanente alzando heridas consuetidunarias.

Bien visibles, los arañazos del alma.

domingo, 25 de marzo de 2012

Después de que oscuros vientos arrasaron o un remolino en la tierra boscosa

Después de que oscuros vientos arrasaron o un remolino en la tierra boscosa
                                                                      Por after dark vapors de Keats        

Después de que mentidas nublazones
aplastaron nuestros ríspidos llanos
que llanos con todo y crestas riesgosas
luminoso horizonte fueron
aun y aun soterrados
durante tiempo largo y de conformidades silentes
verdad encapsulada mantuvieron
en largo pasar a luz 
por compás de incierta fuminación
llegando en amanecida y retemplada
naciente de hermano aire sudoroso y sur,
limpios, en verbo hablando,
de todas las manchas dispares de cielos enfermos.

El mes angustioso, aliviado de sus dolores,
hace su ley y derecho a aspirar el olor de revida.
Visavida en suspensa intrigada respiración.
Pestañas azuzando a la frialdad pasajera juegan
como flor de fango con regocijados pétalos
escaldados por multiconvocadas rosas
persistentes, ya y todavía, en las gotas de lluvia
desvergonzando avaricia y costumbre.

Nos rodean, aquí, ahora, sosegados pensamientos
Apaciguados  y no 
menos incisivos no
y no si o sí
nos abrazan igual que hojas
de reconcilio –fruta madura en naturaleza muerta-
al resueno de  verano ido y removiente
de sonrisa en despunte sobre los acallados ramos
cual remedada mejilla de adolescente trunca
que añorase perfumado aliento de infancia
cuando la arena gradual atraviesa la revuelta y neta hora fijada
de un palabrero que no más    no manos    ni menos     puede
sino boquear influjos yertos  contra una pared dolorosamente vuelta
en costoso, repicante, vivo, angular y celuloso mortero.

viernes, 9 de marzo de 2012

Indolente viento sopla

El olor de los jazmines, como una niebla pálida,
menos presente que evocada
se aloja, zonza, entre mí y cuál yo demorado.
Y el viento del sur, arremete sólo para que
ecos de luz    ondas y cuerpos suspendidos siempre y en nunca   vacilante tensión
anden temblando zig y zag   sin explícitas nomenclaturas   sigan, sigan
como tajador goteo
clavándose en las persianas
en el mismo momento recio en que relojera y aficionada
mi ansiosa pregunta general en desespera
va rasgando el ramalazo de la lluvia contra la madera o hierro establecidos
por inquieto misterio a expugnar de los verdores lanzados en savia firme
conclaveada y estrecha   o reticente
ahí afuera, en la anochecida noche
de titilar negro
con viento sur mojado en la intemperie,
estupendo o estúpido paisaje
donde maldigo y digo
¿Por qué no estás para fortalecerme con
tu preciso y urgente amor reclamando?


Parecida niebla dura
concreta y asistente maldición

sábado, 3 de marzo de 2012

Preguntas al silencio enamorado

Cómo Gérard decir tu cara en amor y angustia
No pudo mi gesto, no pudo siquiera el soñar semblante, sonrisa, dulce recibimiento
Gérard, cuánta tu pasión en extremado recato confeso de falta de medida.

Cómo cerrar la puerta del cuarto cuando estoy dilucidando en charlas desencadenadas
cuestiones muy imperativamente raigales.

domingo, 22 de enero de 2012

Noche de viento. Paráfrasis y nota al pie

En noche ventosa

La media noche agita el recuerdo
como un loco sacude un pájaro muerto.

El recuerdo nos erige, alto y seco,
un montón de cosas retorcidas.
Una rama curvada sobre la playa,
con suavidad carcomida, y luciente,
como si el mundo ofreciera
el secreto de su osamenta
inerte y blanca.
Un resorte destartalado en el taller,
el óxido adherido a la forma debilitada
áspero y penetrante, listo para corroer.

Como un loco, el pájaro muerto
en la rama mustia
sobre el fierro retorcido
ventea inmóvil la memoria.

sábado, 21 de enero de 2012

Paráfrasis

Como el invierno es tu ausencia.
Pasada la felicidad fugaz  
qué escalofríos, qué oscuros días
qué desnudez del viejo agosto en todos lados!
Y sin embargo este tiempo hendido fue verano,
pleno otoño de riqueza acrecida,
soportando el peso de la vida por nacer
como los vientres de las viudas.
Porque el excesivo asunto no me pareció
sino esperanza de los huérfanos y de fruto en desamparo,
ya que el verano y su belleza te siguen esperando.
Por tu lejanía, los mismos pájaros están mudos:
o, si cantan, es tan torpe su trino
que empalidice las hojas, temerosas del invierno.

martes, 17 de enero de 2012

El verdadero


Contra el marco de la ventana de madera tosca
que las hojas sólo en parte cubren
radiando sol como paisaje de fondo
los dos sentados se miran
y es sin sentido esa luz de día
para el dulce enamorado murmurante
bajo cielo oscuro y resplandor de luna
de versos atesorados y mentidos
por tan extremo sentimiento
capaz de enmascararse tontamente
tras superficial belleza ajena
que no fue jamás la de esas palabras
de altura y color extremos
sino la carta recitada de memoria
en pura agonía siempre amante.

lunes, 2 de enero de 2012

Figuración de la presencia en Navidad

Con la mejor estrella 
por veranada y entrevenir,
con luz azul recién ardida
en fresca llama
ardiente y enzarzada
rueda el nudo del gran día
para que un rayo breve
roce la voz enamorada
que en hora buena nombra.