Después de que oscuros vientos arrasaron o un remolino en la tierra boscosa
Por
after dark vapors de Keats
Después de que mentidas nublazones
aplastaron nuestros ríspidos llanos
que llanos con todo y crestas riesgosas
luminoso horizonte fueron
aun y aun soterrados
durante tiempo largo y de conformidades silentes
verdad encapsulada mantuvieron
en largo pasar a luz
por compás de incierta fuminación
llegando en amanecida y retemplada
naciente de hermano aire sudoroso y sur,
limpios, en verbo hablando,
de todas las manchas dispares de cielos enfermos.
El mes angustioso, aliviado de sus dolores,
hace su ley y derecho a aspirar el olor de revida.
Visavida en suspensa intrigada respiración.
Pestañas azuzando a la frialdad pasajera juegan
como flor de fango con regocijados pétalos
escaldados por multiconvocadas rosas
persistentes, ya y todavía, en las gotas de lluvia
desvergonzando avaricia y costumbre.
Nos rodean, aquí, ahora, sosegados pensamientos
Apaciguados y no
menos incisivos no
y no si o sí
nos abrazan igual que hojas
de reconcilio –fruta madura en naturaleza muerta-
al resueno de verano ido y removiente
de sonrisa en despunte sobre los acallados ramos
cual remedada mejilla de adolescente trunca
que añorase perfumado aliento de infancia
cuando la arena gradual atraviesa la revuelta y neta hora fijada
de un palabrero que no más no manos ni menos puede
sino boquear influjos yertos contra una pared dolorosamente vuelta
en costoso, repicante, vivo, angular y celuloso mortero.